Silver Davies

Es carismático, astuto, elegante, y caballeroso, con sentido del humor y algo bromista, pero a la vez puede ser vulgar. Le gusta el juego, las tabernas, el misterio, los animales y cortejar a las mujeres y las aventuras, tiene buen trato con sus subordinados y nunca dejará tirado a un aliado. Respeta mucho a su hermano mayor y a su mentor. No es partidario de la justicia absoluta ni de sacrificar a gente inocente. Como marine, hace su trabajo, pero no judga a las personas si son piratas o cazarrecompensas o marines, si no por como son. Pero en su interior late una tenebrosa personalidad y instinto asesino, que no durara en matar a aquel que lo provoque, cuando esta personalidad se apodera de su ser, se vuelve mezquino, cruel, y sanguinario. Su mirada y presencia haría recorrer un escalofrío y alimentar el sentimiento de peligro a cualquiera.

Mi nombre es Silver Davies, capitán de la marina. A continuación, relataré esta biografía de mi puño y letra, podría empezar desde que me enrolé en la marina, pero todas las historias empiezan cuando nacemos, así que me dispondré a sumergirme en mis recuerdos.
Primero empezaré a hablar de mis padres. Mi padre se llamaba Jack Silver, y era vice-almirante. Nunca llegue a conocerle, ya que murió antes de que yo naciera, pero mi hermano me hablaba de el como un gran hombre, seguro de si mismo, amable, justo, y fuerte. En la Marina se le consideraba como un héroe, y su nombre y memoria aun perdura. Era uno de los pocos hombres que fue capaz de enfrentar al difunto rey de los piratas Gold Roger, pero murió en uno de sus enfrentamientos. Mi madre se llamaba Rouse, en su juventud era pirata, pero a pesar de esto, tenía un buen corazón y era amable y inocente. Cuando encontró a mi padre, dejo la piratería. Ella murió cuando yo tenía dos años por una enfermedad que contrajo, dejándonos solos en el mundo a mi hermano y a mi.
El nombre de mi hermano es Kilian Silver, actual contraalmirante de la Marina.
Mi nombre es Davies que era el nombre de mi abuelo.
En fin, sin mas rodeos, empezaré con la historia de mi vida.
Nací en Bambú Island, durante 2 años, mi hermano y yo estuvimos viviendo con mi madre hasta que murió debido a que contrajo una enfermedad. Después fuimos a la capital, y nos manteníamos de los robos que hacia Kilian. Un año después conocimos a una banda infantil de ladrones liderada por un chico de la edad de mi hermano llamado Koichi. Koichi era un chico bastante fuerte, y tenia sometido al resto de la banda por el miedo que le tenían, parece ser que mi hermano y el no tuvieron buen comienzo, ya que intentó asaltarnos, pero finalmente, Kilian le derrotó, y según sus reglas, solo el chico mas fuerte podría ser el lider, por lo que Kilian y yo nos hicimos un sitio. Mi hermano a pesar de todo, era amable y bondadoso, y permitió a Koichi estar con nosotros. Desde aquel momento, Koichi empezó a cambiar, y apreciaba muchísimo a Kilian.
Teníamos un pequeño campamento en el bosque de bambú, recuerdo muy bien aquel acogedor lugar. Al ser pequeño, me quedaba siempre por ahí con aquel que le tocaba cuidar de los mas pequeños. Cuando cumplí 5 años, Kilian y Koichi a sus 12 años se enrolaron en la marina como aprendices.
Supongo que al leer esto pensareis que la etapa de robar se acabó, y así fue, pero no para nosotros.
Casualmente, Kilian y Koichi fueron trasladados con emergencia a Grand Line, quedándonos solos, y no supe mas de ellos.
Durante dos años, nos las ingeniamos como podíamos, ayudaba en lo que podía a los chicos mayores. Poco a poco, ibamos muriendo de hambre, los mas mayores tarde o temprano les pillaban con la mano en la masa, y en fin..., ya os lo podeis imaginar. Incluso con lo pequeño que era, ya era consciente de lo cruel que puede ser la vida. Ver morir uno tras otro a tus camaradas, y a aquellos que consideras tu familia...
Con siete años ya me tocaba cuidar de los mas jovenes que yo, y ayudar a los mas mayores a entrar en acción. Entrabamos en peleas con bandas de chicos mas mayores por la disputa del terreno, robábamos, y con suerte, a veces encontrabamos trabajos, pero duros y mal pagados.
Si algunos pensais que hubiera sido mejor pedir caridad y que se apiaden de unos pobres niños, es que no teneis ni idea de como funciona el mundo en realidad. La gente nos veía como animales salvajes con arapos sucios y llendo descalzos por las frias y duras calles, ratas de ciudad, hubo un tiempo, antes de entrar en la delincuencia, en que intentabamos ganarnos la comida o si no, pedir caridad, pero la gente cree que no se..., que solo con nuestra presencia, traiamos desgracias, mala suerte. En fin, no se como explicarlo para que lo entendais, pero en fin, sigamos con la historia.
Después de cumplir ocho años, conocí a un hombre que me cambió la vida por completo, un hombre llamado Wendoo Rudolf, lo mas parecido a un padre que tuve.

Me disponía a volver al campamento cuando por el camino, fui asaltado por bandidos, eran 5, y iban armados con garrotes. Querían apoderarse de las subsistencias que transportaba al campamento, el dinero que tanta falta nos hacia, y que tanto nos había costado ganar. Me amenazaron de muerte, pero me aferré a la bolsa y les planté cara como pude, pero a parte del numero de ventaja que tenían sobre mi, yo era un niño y ellos adultos. Acabé inconsciente tras una paliza.
Puede que penséis que habría sido mas inteligente darles el dinero, pero si nunca habéis vivido en la miseria y en la pobreza absoluta, no espero que lo entendáis. ¿y como un chico tan joven puede haber sobrevivido a tal agresión?, llevaba casi toda la vida en pesimas condiciones de vida, aunque procurabamos intentar alimenarnos bien cuando podiamos, el sertir frio, cortes, y todo lo que os podais imaginar, tarde o temprano fortalece a uno. Días después, me desperté en una pequeña casa, una casa donde se alojaba Wendoo Rudolf, me comentó que había derrotado a esos hombres y que les habia confiscado el dinero a mis amigos por ser robado. Eso me desmoralizó bastante, me sentia mal, ¿como ibamos a sobrevivir sin nuestro botín?. Tras ver mi expresión de abatimiento, me dijo que no me preocupara, que se habia ocupado de ellos, y que se ocuparía de que sus destinos fueran comodos y llevaderos, lo que me reconfortó completamente. A pesar de parecer un poco huraño, era una buena persona.
Me presenté y le pregunté quien era, y me habló sobre el. Era y es un vice-almirante de la Marina. En aquel entonces ya se le notaba la vejez, pues 60 años se nota en un hombre.
Me comentó que era amigo de mi padre y me habló de el. Entonces le conté mi sueño de ser algún día almirante y le pedí que me cogiera bajo su tutela, y así lo hizo.
Con tan solo ocho años, entré como aprendiz en la Marina, bajo la tutela de Rudolf, tras viajar por el mar del este y por Grand Line, me enseñó muchas cosas importantes, y también me enseñó a pelear, entrenándome también físicamente para poder realizar el rokkusiki y ser fisicamente mas fuerte de lo que era.
Recuerdo aquellos duros entrenamientos, que a veces parecian ilógicos. Sudé, sangré, incluso muchas veces he estado al borde de la muerte. También entre uno de esos entrenamientos, en una isla selvática, comí la Neko-Neko No Mi sin saber que era una fruta del diablo, lo que me permitía combertirme en un tigre.
Pasaron los años, hice entrenamientos intensivos con mi mentor, misiones para capturar a los piratas mas peligrosos de Grand Line, vi morir ante mis ojos a compañeros y amigos, libré muchas batallas, de la cual, en varias no salí bien parado. Poco a poco fuí ascendiendo, después de cumplir quince años, ya era sargento mayor, y fue cuando me reencontré con mi hermano en Grand Line. A los 17 alcancé el rango de teniente, al año sigiente consegí convertirme en comandante, y fué cuando me independicé de mi mentor. Nunca olvidaré todo lo que me enseño y hizo por mi, a pesar de ser muy duro conmigo, me lo dio todo. Me enseñó a leer, matemáticas, técnicas militares, algunas bases de ciencias, me enseñó a como comportarme, me enseñó a combatir y me fortaleció, ademas de enseñarme a utilizar el rokkushiki y completamente mi poder de Akuma No Mi.
A pesar de todo esto, todavia me faltaba mucho, y aseguró que aunque siguiera mi camino, volveriamos a vernos, y si necesitaria entrenamiento, que le fuera a ver.
Durante mi estancia como comandante, estube navegando por el mar del este comandando una flota, peleando contra piratas junto a mis hombres.
Durante estos 5 años en el mar del este, aprendí a dominar ciertas técnicas del rokushiki.
Tras 3 años de mantener a raya a los piratas del mar del este, me convertí en capitan de la marina con 22 años, y me asignaron en Grand Line. En aquel entonces, me habia vuelto demasiado confiado, creia que era muy poderoso, que me podía enfrentar a cualquiera que se me pusiese delante y derrotarlo con facilidad, que ya habia llegado a mi meta y que ser almirante era cuestión de tiempo, pero me equivocaba, y los piratas de "Pelo Plateado" Dante me lo iban a demostrar.

Tras ser asignado a Grand Line, oí que el pirata de 116.000.000 "Pelo Plateado" Dante y su tripulación estaba causando estragos, pero nuestros caminos se juntaron en Alabasta. Tuvimos un breve combate, pero intenso, y consiguió huir. Hacia mucho tiempo que nadie habia logrado ni siquiera tocarme, y el sin embargo, me alcanzó en varias ocasiones. Me obsesioné con el y su banda, y les perseguí, tenia que demostrarme a mi y a mis hombres que un tipo con menos de 150 millones por su cabeza no podia plantarme cara. Claramente me equivocaba, pero claro, era mas joven de lo que soy ahora, y todo se me habia subido a la cabeza a pesar de tener una inteligencia superior a la media.

Tras largas persecuciones, logré acorralarlo junto con su banda, pero se produjo una intensa batalla. El y sus hombres eran mas fuertes de lo que me habia imaginado, y aunque salí victorioso tras acabar con la vida de Dante, acabe para el arrastre, y perdí a casi todos mis hombres y los barcos, estaba completamente herido, sobre todo me quedó cicatrices que hasta hoy perduran en mi ser, una cicatriz en el pecho bastante molesta y fea en forma de garra, el remordimiento de haber sido tan imprudente, tan inmaduro, y tan estupido, y las vidas que se perdieron en esa batalla.

Tras un año, me recuperé del trauma y del shock, y volví a navegar capitaneando un acorazado. Esta vez era mas prudente, muy cuiodadoso, y ya no tenia ese ego que casi me condujo a la perdición, era otra persona, pero aun asi, tenia poca confianza en mi, tenia miedo a que volviera a pasar. Solo la experiencia y el tiempo hizo que me recuperara casi del todo.

Cuando alcanza el limite de su furia, no distinge entre aliados y enemigos, y ataca a todo quisqui. Otro defecto es su cicatriz en el pecho, que años atras, le causó una enfermedad cardiaca. Es mas vulnerable en ese punto por eso si usa tekkai para defenderse de un fuerte impacto, pone sus brazos, ya que esa zona, aunque la refuerce, sentirá dolor, y eso hará que cada vez se valla abriendo mas si no se trata la cicatriz. Usa medicamentos, sin ellos, sería una agonía constante y le sería muy dificil combatir. Se tiene que tomar una pildora al día, pero podria pasar sin ella 2 dias, si falla uno, siente molestias y alguna torpeza, si falla dos, entonces el dolor seria intenso y le seria muuuyy dificil combatir.